Ecografia renal y vesical en mujeres

Preparación de la hembra para la ecografía renal

La ecografía renal es un examen diagnóstico no invasivo que produce imágenes, las cuales se utilizan para evaluar el tamaño, la forma y la ubicación de los riñones. La ecografía también puede utilizarse para evaluar el flujo sanguíneo a los riñones.

La ecografía utiliza un transductor que envía ondas de ultrasonido a una frecuencia demasiado alta para ser oída. El transductor de ultrasonido se coloca en la piel y las ondas de ultrasonido se mueven a través del cuerpo hasta los órganos y estructuras internas. Las ondas sonoras rebotan en los órganos como un eco y vuelven al transductor. El transductor procesa las ondas reflejadas, que un ordenador convierte en una imagen de los órganos o tejidos que se examinan.

Las ondas sonoras viajan a diferentes velocidades según el tipo de tejido que se encuentre: la más rápida a través del tejido óseo y la más lenta a través del aire. La velocidad a la que las ondas sonoras regresan al transductor, así como la cantidad de ondas sonoras que regresan, son traducidas por el transductor como diferentes tipos de tejido.

Se coloca un gel de ultrasonidos sobre el transductor y la piel para permitir un movimiento suave del transductor sobre la piel y eliminar el aire entre la piel y el transductor para lograr la mejor conducción del sonido.

Ecografía renal femenina

La respuesta es sencilla: una de las zonas más comunes del cuerpo que se examina mediante una ecografía es el abdomen. Dependiendo de la estructura interna que se vaya a explorar, puede ser necesario que la vejiga esté llena para una mejor visualización. Esto se debe a la naturaleza de las ondas sonoras y a la forma en que se mueven a través de diferentes medios como el aire o los fluidos. Si alguna vez ha tenido la cabeza bajo el agua, habrá notado que los sonidos se amortiguan más.

Del mismo modo, su vejiga actúa como un depósito de líquido, lo que ayuda a que las ondas sonoras reboten para obtener una mejor visibilidad e imágenes más detalladas. En estos casos, no debe vaciar la vejiga, porque el líquido adicional es necesario para la ecografía.

No todas las ecografías requieren una vejiga llena. En realidad, depende de la zona específica del cuerpo de la que se obtengan imágenes. El líquido puede aumentar la visibilidad en algunos casos, pero también puede obstruir la visión de algunas estructuras internas. Sólo hay unas pocas ecografías que requieren tener la vejiga llena, y su médico le informará cuando llegue el momento si la suya debe estar llena o vacía.

Qué busca una ecografía renal

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La ecografía renal es una forma no invasiva de tomar imágenes de los riñones derecho e izquierdo. A diferencia de las radiografías, la tecnología de ultrasonidos no utiliza radiación. En su lugar, utiliza ondas sonoras que son indetectables para el oído humano.

En ocasiones, el profesional sanitario puede pedirle que acuda a la prueba con la vejiga llena, para poder evaluar el volumen de la vejiga antes y después de orinar (lo que se denomina RVP pre y post-residual).

Antes de la ecografía renal, es posible que se le pida que lea y firme un formulario de consentimiento en el que se autoriza al técnico a realizar la prueba. Si hay algo que no entiende o le hace sentir incómodo, no dude en hacer preguntas.

Las ecografías renales no suelen causar dolor. Si se siente incómodo mientras está acostado, asegúrese de hacérselo saber al técnico. Es posible que puedan apoyar su cuerpo con almohadas, mantas o toallas adicionales.

Ecografía de la vejiga femenina

Otra prueba que se suele realizar es la llamada cistouretrografía miccional. En esta prueba, se introduce un tubo fino, llamado catéter, en la vejiga del bebé a través de la uretra, y se llena la vejiga con un colorante para rayos X. A continuación se retira la sonda y se toman radiografías mientras el bebé orina. Esta prueba evalúa la vejiga y la uretra del bebé, y también determina si hay reflujo.

Los bebés con anomalías del tracto urinario detectadas por la ecografía prenatal suelen evolucionar muy bien. No obstante, los bebés con estas afecciones necesitan una evaluación cuidadosa tras el nacimiento para ver si es necesario un tratamiento. Es posible que su bebé sólo necesite visitas periódicas a su médico o a un especialista en el tratamiento de niños con anomalías congénitas del tracto urinario. A veces, se prescribe una dosis de antibióticos a la hora de dormir. En ocasiones, los bebés con anomalías del tracto urinario pueden necesitar una operación para corregir el problema. Su médico puede proporcionarle más información sobre las anomalías congénitas del tracto urinario.